Recechos de corzo

Recechos de corzo: consejos y trucos para tener éxito

Nos encontramos en plena temporada de caza del corzo. Mayo hace que gran parte de los terrenos cinegéticos de las diferentes comunidades autónomas españolas se conviertan en el escenario ideal para abatir a este tipo de ejemplares que cada vez atraen a más cazadores, que en estas semanas se enfocan en la caza en rececho.

La cuestión es que la caza del corzo es, sin lugar a dudas una de las ciencias cinegéticas más apasionantes. El pequeño tamaño de estos animales, su carácter esquivo y huidizo, y el terreno salvaje, incierto y boscoso en el que suelen vivir hacen que sea más complicado abatirlos, lo que los convierte en una pieza muy apreciada y valiosa.

El rececho de corzo es una modalidad de caza apasionante en la que el cazador es el único que debe tomar las decisiones y que se lleva a cabo en primavera y a principios de verano, cuando no es posible cazar a otros ejemplares y el bosque se encuentra repleto de vegetación por todas partes. Además, el hecho de que se cace muy despacio y mirando mucho hace que se puedan descubrir muchos animales en su época de cría, como rayones, gazapos o lebratos.

Eso sí, aunque en un primer momento pueda parece que el rececho de corzo sigue el mismo patrón que otros tipos de rececho, la realidad es que cada especie tiene sus propios secretos y características. Por eso, si queremos tener éxito en esta complicada labor, debemos adaptarnos a ello. ¿Cuáles son los aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de hacer un rececho de corzo? A continuación te lo contamos todo.

¿Cómo afrontar un rececho de corzo?

Es lógico el corzo se encontrará donde esté más cómodo. Obviamente, no vamos a encontrarlo a pleno sol en mitad de un secarral a 38 grados en el mes de julio. A estos animales les gusta salir a comer cuando el sol comienza a marcharse y son muy activos también al amanecer. Es cierto que en épocas de celo es posible verlos a cualquier hora en busca de las hembras o disputándose el terreno con otros machos. Pero lo normal es que durante las horas centrales del día se refugien en el monte, por lo que es más complicado verlos a menos que conozcamos sus hábitos.

Es recomendable fijarse mucho en sus huellas para observar por dónde entran y salen a la siembras y en los rascaderos en los tallos de las plantas que sirven a los machos para marcar el territorio. Si los rascaderos son recientes significa que los machos no se encuentran muy lejos. Hay que tener en cuenta que los corzos son animales muy territoriales, por lo que no suelen alejare mucho de sus dominios.

Además, debes saber que las hembras suelen permanecer en las siembras comiendo mucho rato mientras que los machos están salen, comen un ratito, vuelven a ocultarse y después de mucho tiempo vuelven a comer un poco.

Equipo y armas para el rececho del corzo

  1. Ropa

Es aconsejable llevar ropa cómoda y ligera que nos permita movernos sin dificultad. No obstante, tampoco está de más llevar algo de abrigo por si refresca. Además, las madrugadas en el campo suelen ser frías. Lo ideal es que sea transpirable para que podamos eliminar el sudor que se genera al caminar y mantenernos siempre secos. En cuanto a los pantalones, deben proteger las piernas, pero también ser lo más silenciosos posible para no ser delatados cuando rocemos con la vegetación.

Para el calzado, aunque en el rececho del corzo no siempre es necesario recorrer grandes distancias, es recomendable que sea cómodo, suave, transpirable e impermeable. Y, por supuesto deben contar con una buena sujeción para evitar torceduras.

  1. El rifle

Del mismo modo que en cualquier otro rececho, el arma debe ser lo más ligera posible para que no nos suponga una carga cuando llevemos ya varias horas. Lo ideal es decantarse por un calibre entre un mínimo del 243 Win y un máximo del 7 mm Rem Mag. En cualquier caso, lo mejor es que el cazado elija aquel con el que se sienta más cómodo y al que esté más acostumbrado.

  1. La óptica

La óptica es fundamental para tener éxito en los recechos. Por este motivo, es de vital importancia contar con unos prismáticos de buena calidad. Por ejemplo, unos prismáticos 7×42, 8×30 o 8×42 son buenos por su tamaño, ligereza y manejabilidad. Además, el visor es otro elemento fundamental en esta modalidad, por lo que también debe ser de buena calidad, de aumentos variables y lo más luminoso posible. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los disparos se realizan con poca luz, por lo que un buen visor marcará la diferencia.

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