Armas de aire comprimido

Guía para el mantenimiento de armas de aire comprimido

Del mismo modo que sucede con cualquier otra máquina, nuestras adoradas armas de aire comprimido necesitan de ciertos cuidados básicos para que funcionen correctamente y podamos disfrutar de ellas por mucho más tiempo. Afortunadamente, el mantenimiento de las armas de aire comprimido es bastante sencillo, al contrario de lo que ocurre con las armas de fuego, que se encuentran expuestas a elementos corrosivos resultantes de la combustión de la pólvora.

En el caso de las armas de aire comprimido, los problemas únicamente vienen derivados de la humedad, el óxido, el plomo y el polvo. Problemas que afectan tanto a las partes interiores como exteriores. Eso sí, si vives en una zona donde la humedad es habitual en el ambiente, las labores de mantenimiento tienen que ser más exhaustivas y las armas deben almacenarse en un lugar donde estén protegidas del a la acción del óxido, a ser posible bien lubricadas en una bolsa de plástico y dentro de su funda.

Mantenimiento básico para armas de aire comprimido

Antes de realizar cualquier tarea de mantenimiento en tu arma, lo primero que debes hacer es leer con detenimiento las indicaciones del fabricante, donde suelen recopilarse todos los puntos clave de la intervención por parte del propietario sin que se requiera la ayuda de un armero especializado para ello. Debes tener en cuenta que hay determinadas partes de las armas de aire comprimido que necesitan de lubricación y otras no, por lo que es importante averiguarlo. Además, en las instrucciones suele aparecer la frecuencia con la que es recomendable llevar a cabo las tareas de mantenimiento. Pero también es importante mirar si hay algún tipo de producto que el fabricante aconseje para limpiar el arma, de modo que evitemos daños.

Por otro lado, debes tener en cuenta que cualquier labor de manipulación que realicemos en nuestra arma debe llevarse a cabo en condiciones de seguridad. Primero debes comprobar que el arma se encuentra descargada y que tiene puestos los seguros para evitar riesgos. En el caso de armas con sistemas de gas y aire comprimidos, tienes que comprobar que los depósitos o cápsulas están vacíos.

Por regla general, los fabricantes suelen recomendar que el mecanismo de disparo nunca se lubrique por el riesgo que se corre de alterar nuestra seguridad. La cantidad de lubricación que suelen requerir las armas modernas es muy pequeña. Recuerda que si lubrica s tu arma en exceso, puedes terminar perjudicándola.

En lo que respecta al tipo de lubricante, únicamente debe usarse aceite orgánico o sintético especial de bajo punto de combustión. Y es que el aceite lubricante convencional puede inflamarse debido al conocido como «efecto diesel», dañando seriamente  las gomas de estanqueidad y causando explosiones que pueden afectar el arma o causar daños al tirador. No te preocupes, ya que en el mercado existen actualmente productos de muy buena calidad que no contienen aceites inflamables y que son perfectos para lubricar nuestras armas de aire comprimido.

Limpieza de los cañones de las armas de aire comprimido

Cada vez que realizamos un disparo, una pequeña parte del aceite del interior del sistema de presión es dirigido dentro del cañón, mezclándose poco a poco con el material de los balines, como el cobre, el plomo o el plástico. Estos residuos se van acumulando en el extriado del arma, llegando a provocar variaciones de precisión.

Existen varios métodos para limpiar el cañón de las armas de aire comprimido, pero el que mejor funciona es el siguiente. Primero, comprobar las condiciones de seguridad, es decir, que el arma se encuentre descargada y tenga puesto el seguro. Después, verificar que el cañón no presenta ningún tipo de obstrucción. Para ver el interior del cañón con claridad, hay en el mercado linternas que cuentan en su extremo con un ángulo de de fibra óptica que permite iluminar cómodamente el cañón sin deslumbramientos y acceder a partes de difícil acceso con linternas convencionales.

Para limpiar el cañón, necesitaremos una baqueta del mismo calibre que el arma que cuente con un cepillo de limpieza y con un accesorio pasa trapos para el acabado final del cañón. Debemos desplazar la baqueta siempre en la misma dirección que el balín, desde la recámara hasta la boca. Jamás uses disolvente como los que se usan para las armas de fuego, ya que puede dañar gravemente las juntas y deteriorar las terminaciones plásticas.

Cuidado externo de las armas de aire comprimido

El cuidado externo de las armas de aire comprimido engloba tanto las partes metálicas como la madera. Es importante que, después de cada sesión de tiro, pases un paño humedecido en aceite por las partes metálicas que hayan estado en contacto con las manos para evitar que la humedad oxide el arma. Si lo prefieres, en lugar de aceite, puedes usar paños de silicona que protegen el metal de la oxidación, ya que cuentan con propiedades hidrófugas, repeliendo así el agua y la humedad.

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